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Técnicas tradicionales francesas en clave turística

técnicas tradicionales francesas

Técnicas tradicionales francesas

Las técnicas tradicionales hablan de la vida que pasó y de su evolución hasta nuestros días, algunas indústrias y actividades comerciales pasan históricamente por circunstancias y características únicas que ayudan a perfilar el pasado, presente y futuro de una sociedad. Estas actividades, esta fabricación de objetos, productos y las metodologías que surgen y evolucionan son un reflejo de las condiciones del mercado en épocas concretas, en el sentido de que un interesado en la historia del sector ganadero de la Francia del pasado remoto puede razonablemente sacar conclusiones sobre crisis antiguas que afectaran al ganado observando que el material de fabricación de ciertos productos o utensilios habituales en la época pasaron súbitamente de ser elaborados con cuero vacuno a ser elaborados con fibra textil. Qué decir de las artes del vino, donde lo aprendido de generación en generación permanece y perdura en forma de los más preciados caldos, aunque probablemente toda esta cadena ha venido sufriendo cambios y adaptaciones necesarias.
A la vez, estas técnicas y labores tradicionales son un eco de pasadas generaciones que transmiten su conocimiento de padres a hijos, de forma que el pueblo francés vive muy apegado a estas tradiciones centenarias, que forman parte de su identidad cultural.

Algunas técnicas tradicionales de la artesanía francesa albergan secretos de fabricación que quedaban circunscritos a las salas de un castillo o a una comunidad de iniciados, para ir filtrando poco a poco a la memoria colectiva, formando con el tiempo un conjunto visible cultural inmaterial de la humanidad por la UNESCO, como por ejemplo el encaje de punto de Alençon o los tapices de Aubusson.

Algunas guías que muestran los encantos tradicionales de Francia descubren el carácter genuino de los técnicas tradicionales así como los más valiosos testimonios actuales de esa creatividad artesanal: en Nogent se hacen cuchillos de reconocida resistencia, Grasse es conocida por los delicados perfumes que allí se elaboran, la archiconocida porcelana de Limoges, los acordeones de Tulle, los anises espirituosos de Flavigny o la pureza del cristal de Baccarat.

En base a esta rica tradición cultural el visitante puede hallar museos y talleres que tienen exhibiciones permanentes de las técnicas tradicionales francesas, fuente de incalculable valor para estudiar, comprender y perpetuar dichas tradiciones.

No se pueden comprender las problemáticas que enfrentan estos viejos oficios y tradición artesanal sin conocer antes su pasado, reseguir la historia ayuda a ver rápidamente que muchas de estas técnicas tradicionales deben luchar en un mercado globalizado que exige unas condiciones poco amistosas para la tradición.
No se puede convertir algo que se distingue por su valiosa exclusividad en un producto de producción masiva por motivos obvios, por otra parte adaptar esa producción artesanal a los mercados actuales es poco menos que una árdua misión.
Dado que tú, lector/a, nos consultas online, diremos que una clara y afortunada excepción es la combinación de fabricación mediante técnicas tradicionales con la comercialización vía web (ecommerce).

Los aficionados que deseen saber más no pueden dejar de consultar la panorámica de las artes y tradiciones francesas que presenta la guía France-Voyage.com.

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Técnicas tradicionales francesas

Cantabria es una estupenda opción para todos aquellos que quieran disfrutar de una tierra acogedora y tranquila. Está situada en la cornisa Cantábrica, en el norte de España y limita con las comunidades de País Vasco, Castilla y León y el Principado de Asturias.

Su capital, Santander, es una ciudad costera con una amplia bahía y un largo recorrido histórico. Actualmente es una ciudad dinámica, con un gran desarrollo económico y turístico. En ella podemos encontrar multitud de ofertas culturales, y tan sólo hay que mencionar el Palacio de Festivales, el cual cuenta con un programa anual de actuaciones de cualquier tipo (ciclos de teatro, danza, ópera, música…) y que culmina en verano con el Festival Internacional de Santander.
En Santander no podemos dejar escapar la oportunidad de visitar la Catedral, el Palacio de la Magdalena, la plaza Porticada o deleitarnos por sus museos, como el Museo de Prehistoria, el Museo de Bellas Artes o el Museo Marítimo del Cantábrico.

Dos de los grandes valores que contiene la tierra de Cantabria son sus Parques Naturales protegidos y sus restos prehistóricos

Aunque Cantabria no cuenta con una gran extensión de superficie, es la segunda comunidad española con mayor proporción de superficie protegida. Son numerosos los parques que integran la Red de Espacios Protegidos de Cantabria, pero son de destacar el Parque Nacional de los Picos de Europa, el Parque Natural de las Dunas de Liencres o el Parque Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel.

Por otro lado, Cantabria es una de las regiones de Europa más rica en yacimientos arqueológicos del Paleolítico Superior. Y son mundialmente famosas las pinturas rupestres que se encuentran en la cueva de Altamira, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
El Museo de Altamira se encuentra situado a 2 km del núcleo urbano de Santillana del Mar, así que aconsejamos completar la excursión visitando esta localidad y disfrutando de su rico valor histórico-artístico, como la Colegiata de Santa Juliana (templo románico).

Por último, no podemos dejar de mencionar algunas poblaciones emblemáticas de la zona como la villa de Comillas o San Vicente de la Barquera.

La villa de Comillas es una de las localidades más interesantes desde el punto de vista arquitectónico, ya que cuenta con algunos de los edificios más importantes del modernismo cántabro, como la Universidad Pontificia, el Palacio de Sobrellano y su Capilla Panteón, o por supuesto El Capricho del arquitecto catalán Antoni Gaudí.
En cambio, San Vicente de la Barquera cuenta con un atractivo patrimonio monumental y un excepcional medio natural, ya que a localidad está situada en pleno Parque Natural de Oyambre.
Siendo zona pesquera es natural que sus tradiciones y fiestas populares estén ligadas al mar, como la fiesta popular la Folía (Fiesta de Interés Turístico Nacional) o El Carmen (fiesta marinera).