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[dropcap1]A[/dropcap1] veces no hay que ir muy lejos para encontrar pequeños paraísos naturales donde parece que el tiempo se haya detenido. Un claro ejemplo de ello es la Provenza francesa.

La Provenza es una región que se encuentra en el sur de Francia, limita al este con el condado de Niza y al sur con el Mar Mediterráneo.
La región se sustenta a base de sus tierras cultivadas y viñedos, y es allí donde podemos encontrar los espectaculares campos de lavanda.

[box type=»info» size=»large»]Es muy recomendable ir entre los meses de verano, cuando los campos están es su punto álgido y las plantas de lavanda están en flor[/box]

La Provenza permite un amplio abanico de posibles rutas. El viajero puede decantarse por visitar el litoral y disfrutar de las playas de la Costa Azul; realizar una ruta por las montañas y valles de la zona y gozar de los parques naturales; o deleitarse de las tradiciones y la cultura popular de la zona.
Pero el viajero no puede dejar de visitar los diferentes mercados, donde encontraremos todo un mar de especies y productos típicos de la zona como son las esencias, jabones, cerámica, perfumes, tejidos de lino etc.

Os recomendamos en especial algunos de los pueblos como:

  • Avignon, donde podremos visitar el Palacio de los Papas (Chateauneuf du Pape), pasear por los Jardines de Doms o ver Le Pont St Bénezet.
  • Saint-Remy de Provence, es uno de los pueblecitos más conocidos de la Provenza. Cerca de ella se encuentra la Ciudad romana de Glanum, el Monasterio de Saint-Paul-de-Mausole o la Colegiata de St Martin.
  • Vaison la Romaine, esta situada entre los Alpes y el Mediterráneo, a los pies del Mont-Ventoux. En ella encontraremos los yacimientos arqueológicos más grandes de Francia de la época galo-romana.
  • Les Baux de Provenza, en esta ciudad destacamos el Palacio de la Tour de Brau, del siglo XV, a la entrada de la ciudadela; la capilla de Saint-Blaise, bello ejemplo del románico provenzal; la Chapelle Castrale, iglesia principal de la ciudad; y las torres de defensa de la muralla.

Y aprovechando la oportunidad no podemos dejar de mencionar la Costa Azul. Por todos es conocida gracias al cine, sus fiestas de alto standing y al Festival de Cine de Cannes. Pero su particularidad geográfica y clima la hacen una joya entre las costas del mediterráneo.
Para el turista son paradas obligadas ciudades como St. Tropez, Cannes o Niza, donde podrá deleitarse de todo el encanto y glamour que esconden.

Tras esta etapa se puede optar por continuar con la inmersión en la vida urbana y aventurarse por la cosmopolita París, donde la oferta de cultura, ocio y actividades es sencillamente abrumadora. Eso sí, para amantes de la paz y la naturaleza agreste de la costa, la Provenza francesa y la Costa Azul son garantía de acierto.

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Para los viajeros que se decantan por un turismo activo, pueden practicar todo tipo de deportes acuáticos. En Formentera pueden disfrutar de una experiencia diferente en deportes como el windsurf o el kitesurf. Realizar rutas en kayak para descubrir grutas y cuevas escondidas cerca de la costa. Disfrutar del paisaje submarino y visitar bosques de Posidonia a través del submarinismo. Hay que remarcar que las praderas entre Ibiza y Formentera fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1999.